La Comunida "La Casa de Israel", como les contaremos en otro post, es una entidad que ha realizado una activa campaña de Hasbará en favor de Israel, y que conducida por los Pastores Mario A. Calfullam y Ruth Solange Bravo y con la gestión coordinadora de Felipe Martínez y Carolina Llancapán, ha contado con el apoyo constante de la Embajada de Israel en Chile a través de la participación del señor Embajador, David Dannon, como conferencistas en actividades de diplomacia pública organizadas por esta entidad.
La Comunida "La Casa de Israel", como les contaremos en otro post, es una entidad que ha realizado una activa campaña de Hasbará en favor de Israel, y que conducida por los Pastores Mario A. Calfullam y Ruth Solange Bravo y con la gestión coordinadora de Felipe Martínez y Carolina Llancapán, ha contado con el apoyo constante de la Embajada de Israel en Chile a través de la participación del señor Embajador, David Dannon, como conferencistas en actividades de diplomacia pública organizadas por esta entidad.
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Los chilenos en Israel, se movilizan y trabajan por las buenas relaciones entre ambos países3/4/2014 Decididos a romper la monotonía del silencio y crear instancias de participación y creación, un grupo de chilenos en Israel, ha tomado la decisión de organizarse en CHILE-ISRAEL. En Israel, viven aproximadamente 9 mil chilenos. La mayoría judíos, pero también los que no lo son, sin embargo, no han sido muy prolíficos en actividades integradoras comunitarias, salvo algunas excepciones. Hace 30 años, un grupo pionero, dinámico y entusiasta, creó dos institutos culturales para contribuir con Chile y con Israel a estrechar relaciones entre las culturas y personas de ambos pueblos y países. Dirigidos ambos por Touvia Goldstein, tanto el Instituto Israelí-Chileno de Cultura y el Instituto OHigginiano, han tenido una actividad muy intensa en desarrollar programas de integración en diversos ámbitos, cultura, ciudades hermanas, visitas de grupos folklóricos etc., etc. La cooperación en estos ámbitos de los dos institutos con la Embajada de Chile en Tel Aviv y con las autoridades locales israelí, sin duda ha sido de enorme valor y así lo testimonian los diversos reconocimientos que ha recibido Touvia Goldstein y el equipo de trabajo que lo acompaña en estas tareas de relaciones bi nacionales. Hace 2 años, a esta labor de cooperación y fomento de buenas relaciones entre Chile e Israel, se sumó un emprendimiento de noticias, -VDI-VISIÓN DE ISRAEL-, creado por chilenos y dirigido por Moran Cohen y Roberto Sánchez, quienes durante este tiempo, han transmitido hacia el mundo hispano parlante muchas horas de cultura, turismo, análisis del conflicto de Medio Oriente y mucho más, en canales diversos en la redes virtuales y con un Semanario Digital -”La Semana”- han recogido cifras de lectores muy buenas y de promedio semanal, reciben visitas de entre 200 a 300 mil aproximadamente. Según sus creadores, un éxito inesperado en ese sentido. Ese éxito, los llevó a formar ahora, un equipo de trabajo -CHILE – ISRAEL-, del que forman parte entre otros, Karen Flores, estudiante de Post grado en el Instituto Weizmann, Gabriel Colodro y David Segal, todos ellos, han creado una instancia de trabajo en áreas de análisis de la problemática de Medio Oriente y la incidencia en Chile, particularmente, en relación con la complejidad que éste conflicto crea en Chile, donde la convivencia armónica de judíos, descendientes de árabes y chilenos, se ha visto lesionada por una militancia pro palestina local que intentan trasladar, sin explicar, un conflicto complejo hacia Chile, desinformando y provocando una marcada odiosidad anti israelí y anti judía. Pero no se han quedado ahí, en un novedoso plan de trabajo, “Ruta de chilenos en Israel”, se han tomado la tarea de buscar a los chilenos que se encuentren residiendo en cualquier parte del país, para integrarlos en una tarea de participación activa y crear una instancia mayor de comunicación comunitaria si se dan las condiciones. Una enorme tarea y no exenta de dificultades, pero por lo pronto, se abocan a lo que ellos llaman “tarea prioritaria”, pensar las relaciones de nuestro países desde sus ámbitos de realidad en Israel y realizar aportes que contribuyan a elevar las relaciones de amistad entre los mismo y por sobre todo, entre las personas, para contrarrestar de esa manera la desinformación odiosa y tendenciosa en Chile. Si hay, la ha habido y ahora más, actividad de chilenos en Israel. Unos por 30 años vienen trabajando intensamente con Touvia Goldstein a la cabeza, en el área de las relaciones culturales. Otros con VDI – Visión de Israel, Grupo de Noticias y Hasbará, y ahora, ésta nueva instancia, CHILE-ISRAEL, lo que demuestra que están activos, preocupados de las relaciones entre sus países y quieren ser escuchados y conocidos en Chile, porque algo y mucho tienen que decir y aportar por las buenas relaciones entre Chile e Israel, dos pueblos unidos y con raíces que se remontan a la llegada de los primeros judíos en la época de la conquista de Chile. Noticia de VDI-Visión de Israel y Chile-ISRAEL Ciertamente, hoy quizás más que en el pasado, quienes somos chilenos y vivimos en Israel, judíos, no judíos, laicos o religiosos y que tenemos en común ambas culturas, vividas y aprendidas con alegrías y dificultades en ambos países, no podemos permanecre ya más tiempo desorganizados y silentes. El denominador común que nos une, Chile e Israel, o si se quiere, Israel y Chile, nos pone la exigencia de un compromiso mayor. Organizarnos y activarnos para salvaguardar la relación de nuestros 2 pueblos. Somos israelí en todos los conceptos y gamas y tenemos lazos idisolubles con aquella tierra que dejamos atrás. Los afectos, las emociones sentidas otrora en el pasado en aquella patria lejana, son hoy las emociones y afectos que vivimos en nuestro querido país Israel. Dos modelos de lealtades que no cambian en los afectos y que nos obliga a dar algo más de nosotros mismo, aunque otros quisieran que aquella relación de hermandad de nuestro países y pueblos no existiera. Existe y está latente, tanto en Chile como en Israel. Está viva esa emoción y solamente debemos hacer que se escuche allí y acá. Tantas cosas que no hicimos, no son obstáculo para tantas cosas que podemos hacer de aquí en más. Una grupo humano organizado, con objetivos y metas, puede hacer llegar su voz más allá de los mares y que se convierta en referente que frene o ayude a frenar aquellas embestidas odiosas que buscan quebrar la tradicional amistad de chilenos e israelíes. Es tiempo de sacudirse las apatías. Es tiempo de emprendimiento en una causa noble como lo es estrechar las relaciones entre los pueblos. Ese cometido, si no lo activan, si no los anima a impulsarse más allá de la comodidad pasiva del observador sempieterno, será em mejor aliado del siempre activo enemigo de la división. Tú chileno que vives en Israel, tienes la oportunidad de dejar ya, la invisibilidad e inacción que nos ha caracterizado como conglomerado. Es tiempo de plantarle cara a la desidia, es tiempo de dejar atrás la pasividad, es tiempo ya, para que seamos útiles a los dos países que nos unen, porque finalmente, los Estados son las personas que los forman y si estos no tienen visibilidad y voz, simplemente no existen. Una sola cuestión a preguntarse, ¿Cuánto me he restado a que Chile e Israel no tengan mejores lazos y la integración sea más estrecha? Chile e Israel nos necesitan... Ninguna idea, y ésta por cierto no ha estado exenta, tiene dificultades para comenzar a dar los primeros pasos, incluso para definir el ámbito en que debe impulsarse. Como recordarán, en Chile a esto se le conoce como "rayar la cancha", y por tanto, había que rayarla en términos básicos entendibles a los destinatarios de la propuesta comunitaria que se lleva adelante. Debíamos comenzar por algo. Ese "algo", aunque parezca sencillo, en este caso no lo es y verán porqué. Se definió, que la comunidad tienen un elemento básico que es y debe ser común a todos sus integrantes, de otra forma, se desnaturaliza y no tiene razón de ser, es decir, que sus integrantes tienen en común a dos país que les unen. Chile, el país del cual emigraron siendo ciudadanos del mismo, e Israel, el país donde emigraron y se radicaron. Ese es el sello que los distingue, por decirlo de otra forma, es la "identidad bi-nacional" que los describe, "la huella digital" que los diferencia de otras comunidades en Israel, como la peruana, argentina, uruguaya, etc. No hay más que abundar en esto, es de suyo, inalterable. Establecido lo anterior, ya es más fácil describir a quienes incluye, la respuesta no es otra que, A TODOS aquellos con la huella digital común en este caso, que constituye su identidad bi-nacional. Chilenos judíos, chilenos judíos religiosos, chilenos judios laicos, chilenos no judíos, chilenos con o sin ciudadanía israelí, estos últimos, con residencia temporal o definitiva, y más aún aquellos que residen en Israel por causa de trabajo porque cursan estudios o ingresan a las IDF y su permanencia en israel, es transitoria. Ese es el ámbito que debe contener una comunidad, para definirse precisamente integradora. Por lo tanto, el mensaje va destinado a todos ellos. Es cierto que habrá gente de otras nacionalidades, e incluso chilenos en Chile que les agradaría participar o sentirse parte, sin embargo, solamente eso será posible en el ámbito de la cooperación, el estímulo, sus parabienes y saludos, pero al carecer de la identidad bi-nacional, como es obvio, su pertenecia no es posible. ¿Y qué cabida hay para los izquierdistas, nacionalistas, derechistas, etc., etc.,? La respuesta es simple, aquellos que tengan la "identidad bi-nacional", no tienen impedimento alguno, toda vez que las ideas y confesión religiosa de sus componentes no sos excluye. Otra cosa muy diferente, es que esas cuestiones puedan ser planteadas internamente como comunidad con una voz común. Ya ven entonces como van apareciendo los que se conoce como "objeciones", claro está, que estas si son debidamente explicadas desde el sentido cómún, el argumento no tiene quiebres. Otras de aquellas objeciones expresada en comentarios informales, es por ejemplo aquella que expresan algunos en el sentido siguiente: "Yo me siento más israelí que chileno". Eso no es una objeción ni impedimento, ni menos puede ser un problema. Sentirse más chileno o más israelí es más bien un aporte que amalgamados ambos sentimientos, le dan un sello de mayor potencia a la integración comunitaria. En cualquier caso y en términos prácticos, los objetivos generales que se busca inculcar tienen un presupuesto básico intransable, esto es, no puede ser modificado. Fortalecer las relaciones entre los dos Estados y entre sus ciudadanos, el mayor o menor énfasis que quiera conseguir en una comunidad, siempre estará detrminado por el sello que les une, Israel y Chile, o Chile e Israel. Más objeciones de otra naturaleza, intentaremos resolverlas en otro post. Una cosa distinta es tener inquietudes, y otra, intentar llevarlas adelante. El "puñado de chileno" que divagaba antes en esto de la falta de visibilidad de un colectivo de ciudadanos chilenos, que viven en Israel y que tuvieran la posibilidad de incidir en términos positivos en la relación entre los dos Estados que les unen, a través de su componente humano, es decir, sus ciudadanos, debía pasar de las ideas "locas" a las cuestiones prácticas. En los últimos días de enero, se escribió una "Carta de intensión" para impulsar un proyecto y también se tiraron las primeras líneas en sus aspectos muy generales y básicos, pero absolutamente necesarios para no "espantanarse" o estancarse en más de lo mismo, y se configuró entonces, una suerte de primer manifiesto con "Antecedentes Generales y Objetivos", que permitieran abrir la ruta, para impulsar así, el proyecto comunitario en el estamento de los chilenos que viven en Israel. Hecho lo anterior, se encomendó la responsabilidad al autor de este post hacer esa suerte de "ensayo programático" por el puñado de chilenos impulsores, y ya es bueno ir conociéndoles, al menos en sus nombres, Moran Cohen, Karen Flores, David Segal, Gabriel Colodro y Roberto Sánchez- entre los más decididos. Pero claro, había que mirar hacia afuera, donde están los chilenos y avanzar en una cuantificación y cualificación de actividades para comenzar a transmitir este mensaje, que estaba provocando que germinara la idea de la formación de una entidad comunitaria organizada de chilenos que viven en Israel. En la red social Facebook, existen 2 o 3 grupos que fueron ideados para reunir en ellos a gente con una identidad común, esto es, chilenos que vivan en Israel y que les atraiga cuando menos, la idea de divertirse intercambiando notas o reflexiones, siempre eso sí, referidas a este denominador común que les une, Israel y Chile. Las redes sociales es cierto, son muy efectivas si son usadas con alguna habilidad básica fundamental, y en la modalidad que ofrece la plataforma Facebook existen 3 niveles (cuenta personal, Grupo y Página) diseñadas para hacer penetrar mensajes o comunicación más o menos de manera potente, siempre claro está, que se usen adecuadamente. Ahora bien, si en cualquiera de las modalidades descritas, no se usan las herramientas de manera correcta, esos intentos de divulgar un mensaje, no tendrán sentido, porque el efecto será mínimo, estos es, no pasara de ser una instancia meramente refractaria de un pequeño grupo de amigos sin ninguna impacto masivo. Así de claro. Pues bien, de ese defecto precisamente, adolecen aquellas muy bien intensionadas iniciativas, pero que sin embargo, terminan aportando poco o nada, a una relación de influencia e impacto en relaciones entre iguales. No obstante, no son desechables, ni menos debe restárseles importancia a esas actividades grupales, sino que hay que potenciarlas, ya que aprendiendo a usar las herramientas adecuadamente, no se quedarán en los que se conoce como "uno más de los tantos millones de grupos intrascendente." ¿Porqué nos referimos a esto?. Por que alguna manera, es una basa primaria para cuantificar a los chilenos y establecer un primer punto, si se quiere estadístico, que permita tener un dato más o menos cierto, para conocer que nivel de relación o interacción existe verdaderamente entre ellos y extrapolar una estimación de sus energías comunitarias. El Consulado de Chile en Tel Aviv, tiene un registro de los chilenos que deciden registrarse ante él, sin embargo, no todos lo hacen, y en esta etapa, no se puede formalmente solicitar esa información, porque entendemos que es privada, de manera que dicho eso, no queda otra posibilidad que difundir los mensajes con información a través de estos grupos de convergencia de chilenos en Facebook. No es lo ideal por cierto, pero lo que importaba e importa, es que progresivamente pudieran ir sumandose chilenos que tuvieran acceso a la información que se quiere entregar. Es así entonces, como inaguramos "la vocería virtual", esto es, recordando a los "serenos" en la época colonial en Chile, decidimos vocear nuestro mensaje, para que lenta y progresivamente se difunda en estas instancias, de forma que ésta se replique o sea replicada por los que toman conocimiento de ella. Una vocería virtual piramidal si se estima. Desde finales del pasado año 2013, y como resultado de conversaciones iniciadas en las redes sociales y personalmente entre alguno chilenos que viven en Israel, comenzó a germinar una idea base para impulsar la creación de un referente comunitario que hiciera posible integrar a todos los chilenos que viven en Israel. Esto, como consecuencia de verificar que se carece de una institucionalidad comunitaria que contribuya a fortalecer las relaciones entre los comunitarios y entre los dos países hermanos, Israel y Chile, que es por sobre todo, el común denominador que los une sobre otros aspectos, esto es, chilenos que emigraron y se radicaron en Israel. Entre los contertulios de este apenas puñado de chilenos con este deseo de llevar adelante una propuesta, se encomedaron "tirar algunas líneas para verificar la factibilidad de un proyecto y establecer si en verdad "valía la pena" el intento. Los chilenos que viven en Israel, están dispersos a lo ancho y largo del país, normalmente no se conocen sino de manera muy excepcional y el único elemento que logra reunirles en un grupo mayor, -aunque no significativo- y de manera esporádica, es la celebración del 18 de Septiembre, día en que se conmemora la Independencia del país del cual emigraron, Chile. No hay otras instancias en las que se tenga noticias que residentes chilenos en Israel se junten o se relacionen personalmente, intercambien conversaciones, ideas o experiencias. Quizás el hito que logró atraer la atención de los chilenos y que hizo que convergieran, fue un símbolo representativo del país que emigraron. La visita del Buque Escuela Esmeralda de la Armada de Chile en Septiembre de 2012. Sin embargo, no se conoce ninguna actividad de más de 10 o 20 chilenos, siquiera 5 o 4 de ellos, que trascendiera más allá de aquellos ocasionales y esporádicos puntos de encuentro. Otro momento en que los chilenos que viven en Israel parecieron activarse, saliendo del letargo que pareciera ser un sello constante, fueron la reciente elección presidencial en Chile, muchos o cuando al menos algunos, se activaron en las redes sociales, incluso esgrimiendo razones de "olvido" del país que dejaron atrás, y reclamaron "derecho a voto", en consonancia con ese movimiento civil que en Chile aspira a otorgar a los chilenos que viven en el extranjero. Pero eso nada más. También es cierto, que algunos, no todos, esgrimen argumentos y manifiestan su molestia, por hechos que ocurren "en Chile" en distintos ámbitos, en particular y en específico, aquellos en que se produce una suerte de campaña difamatoria en contra de Israel y los judíos. Este tema lo abordan con cierta molestia, pero no existen antecedentes que den luz, para pensar que "chilenos que viven en Israel", son una entidad que haya que escuchar, y esto, simplemente, porque son invisible. No existen como grupo social articulado que sea menester y necesario que se les escuche, por lo que cabe concluir, que o siguen molestándose de tiempo en tiempo en alguna que otra red social intrascendente, o definitivamente giran hacia una posición más activa, dinámica y reglada, en otras palabras, no serán visibles si no se organizan como comunidad. Así es como se han dado los primeros pasos en la "loca" y osada idea, de intentaar dar con una organización comunitaria, para que los chilenos que viven en Israel, se transformen en agentes activos y cooperadores de las relaciones entre los dos pueblos que les une, Chile e Israel, o si se quiere, Israel y Chile. |
AutorRoberto Sánchez. Archives
Abril 2014
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